Para congraciarme con el lector apurado (en la web andamos
todos al pique en estos días, según dicen) voy a comenzar por la aclaración a la sombra del árbol:
de improvisación se habla y se escribe a raudales, muchos de los que hablan y escriben son grandes
improvisadores, otros somos caminantes curiosos (hoy en día el libro
Free Play, de
Stephen
Nachmanovitch se consolida como un referente), pero si la pregunta que lo
trae a Ud. aquí hoy es ¿qué cosas necesito para improvisar cada vez mejor? tenga
a bien dirigirse a su maestro de confianza mas cercano a su domicilio; los
elementos
técnicos necesarios para el desarrollo del improvisador son diversos,
colosales, complejos.
Lo que si podemos y necesitamos preguntarnos (mas allá de si
vamos a improvisar en un escenario, o en una clase, en una obra de teatro o con
una canción o una declaración o inclusive si estamos cocinando y sólo tenemos 3 elementos en nuestra heladera. Tres, y una cubetera con hielo), la
pregunta que no está de mas formular sería algo así como ¿cuándo es propicio
aventurarme e improvisar?
Y la respuesta que yo brindo es: cuanto antes, mejor.
¿Cuánto debo aprender para improvisar?: en principio, basta con que Ud tenga dos
años (la edad en la cual generalmente un cachorro humano va construyendo sus
esquemas de comprensión y operación lingüística lo suficientemente eficaces
como para hablar y entender lo que otros dicen). Podríamos decir que de
cualquier manera antes de eso nos la pasamos improvisando, y una vez que
comenzamos a hablar nos atenemos con mas ahínco a un mundo reglado, repleto de
posibilidades y también donde surge el concepto de “lo erróneo”, lo que no
logró comunicarse.
A
partir de esta inauguración deluxe del lenguaje
en-nosotros (o nosotros en el lenguaje como dicen los psicoanalistas)
tenemos
todo un campo para improvisar en él. ¿Y pero no era que antes también
improvisábamos? Si, pero no de la misma manera. La improvisación que
ahora nos
resulta más interesante es la que ocurre en un contexto determinado, a
partir de una
estructura de base. La estructura puede ser el pulso, o una secuencia
armónica (en gral. cualquier elemento que nos plantee un ostinato) un concepto sin guionar, un motivo, la consigna de que no
haya una consigna, muchas cosas. Pero existe, y constituye la base de la
improvisación.
El improvisador tiene como objetivo existir en ese campo y no en otro,
al menos por un rato. Un
trabajo recomendable y que suele demandarnos tiempo y amor es conocer el
campo.
Pero no nos olvidemos que nosotros ya somos seres del campo del
lenguaje, y al
menos a ese lo conocemos muy bien, porque vivimos allí desde hace años!
Y todo esto para aconsejarle, querido lector que llegó hasta
este párrafo: Si lo que desea es improvisar musicalmente no pierda más tiempo y
póngase a improvisar. Herramientas le sobran, son las vocales, las sílabas, los
elementos de código, las representaciones y palabras, el ritmo que la cadencia
de su hablar lugareño* y el movimiento de su corazón le fue incorporando al
sistema nervioso con los años. Lo que puede llegar a faltarle es un poquito de
ánimo de aventurarse y, quizás, también le convenga ir desprendiéndose del
miedo a equivocarse.
Equivocarse es una garantía, es
decir, Ud. Se va a
equivocar. No tenga dudas de ello! Una imagen retórica que Miguel Ángel
nos
dejó es la del escultor que al tallar en realidad va quitando lo que
sobra, y
es así como la escultura va siendo descubierta; así también al
desarrollo del
improvisador lo podemos pensar como un proceso donde vamos enraizándonos
en un campo y quitando lo que sobra (los mal afamados "errores"),
pero no para reducir las alternativas sino todo lo contrario, lo que
sobra aquí
es lo que nos obstruye la libertad de niño explorador. Una vez en
marcha, los brotes asomando y las sorpresas a la orilla, las tareas iran
proponiéndose sin tardar.
Me despido hasta la próxima entrada, quedan tod@s invitad@s
a tallar, pulir y encerar en nuestro taller de canto creativo por ahora los
jueves 19hs o sábados 15hs. Consultas serán amorosamente atendidas en:
tallerdelacancion@gmail.com
Vale
*si Ud es porteño, sepa que su hablar TAMBIEN es lugareño!